Pepa, viendo que me estaba sumiendo en una depresión me animó diciendo:
- Venga, chica, que lo que han visto ha sido como yo me follaba a una mujer. De verdad que nadie que no lo sepa diria que eras un hombre.
- De verdad? -dije yo buscando su consuelo.
- Si, de veras. Creeme Ernes... -paro en seco lo que iba a decir y continuó-. ¿Por cierto, que nombre femenino te gusta?
- Hummm, me pillas asi y no se me ocurre nada.
- Estrella! -grito como con júbilo-, te llamas Estrella. ¿Te gusta?
- Si, no esta mal.
En todo el día no me había planteado que nombre de mujer me pegaba, pero ya Pepa lo habia elegido por mi, como tantas otras cosas.
De pronto volvió a la carga interrumpiendo los pensamientos en los que estaba sumido.
- Se me ocurre que necesitamos una segunda opinión.
- Del nombre? -pregunte inocentemente.
- No, bueno, no solo eso, sino de tu aspecto.
- Una segunda opinión, pero de quién? -pregunte un poco asustado.
- Tengo una amiga que ha pasado por lo mismo que yo, ya sabes, asi que no la extrañará verte asi. ¿A que eso no te importa?
- Uff... no se.
No sabía si me importaba o no. Que fuese transexual me daba un poco de confianza, pero aún así tenia ciertos reparos.
Como habiamos terminado de comer, Pepa me cogió de la mano y me llevo hacia un sofá del salón en el cual nos sentamos.
Con la intrascendente conversación que mantuvimos a las dos nos entro sueño asi pues, recostadas en el sofá nos quedamos dormidas... o al menos yo.
Un par de horas mas tarde noté que una mano me zarandeaba el hombro.
- Despierta, dormilona! -me decia Pepa con un tono muy cariñoso.
- Que hora es? -Dije entre bostezos.
- Ya son las 5 de la tarde, muy tarde! Además, tenemos que darnos prisa.
- Para qué? -pregunté.
- En una media hora mas o menos vendrá Marga a casa.
- Marga? Quien es Marga?
- La amiga de la que te he hablado... y fijate que pinta tienes. Hay que volver a maquillarte. Vamos! perezosa, que no nos da tiempo.
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